Reza la ley de Murphy: Si algo puede salir mal, sale mal, ayer comentaba con un taxista mientras me llevaba a recoger la moto, si no trae llanta de refacción, se poncha mas seguido, ahí está un buen ejemplo le dije, de entrada son pensamientos negativos, que uno podría decir de acuerdo a las leyes de atracción me estoy deseando cosas malas, pero aplicado en administración, la ley de Murphy se vuelve en una herramienta para el éxito, y es una de las leyes que rige la teoría de restricciones (theory of constrains). Bajo este argumento estar preparado para los imprevistos es una premisa, es como el primer viaje que hice en la moto llevaba en la mochila un desponchador en aerosol, a sabiendas de que traía una llanta en mal estado.
La otra premisa es que en toda mala experiencia hay un aprendizaje. Mi primera reacción es el enojo ante un error que pudo haberse anticipado, maldecir, culpar a alguien, Dios porque a mi, el punto es no quedarse en este punto. Sorprenderme cuan pendejo soy, lo cual ya es un acto de humildad que me acerca mas a la divinidad o al menos a entender mejor mi esencia humana… reconciliarme con la vida y aceptar con humildad que el único autor de mis acciones soy yo mismo, hacerme responsable de la consecuencia de mis propios errores, reconocer que me equivoque, fruto de mi ignorancia, impaciencia u obstinación, aquí ya hay un aprenizaje, sincero honesto y real, la conclusión no es: a es que la gente es muy pendeja! O tengo mala suerte y estrella! Me quieren perjudicar; no, es entender claramente que fue lo que hice mal para que no vuelva a suceder.
Eso fue lo que me enseñó la Katana el día de hoy. Se descargó la pila porque dejé abierto el switch del interruptor, a las casí las ocho de la noche que pretendía emprender el regreso a casa (que bonito se escucha eso: el regreso a casa) apenas se podía ver una tenue luz en el tablero, la marcha muerta, no problema yo se mucho de electricidad – y de todo -, así que quito la batería, la conecto al generador que tengo en la obra, la cargo cinco minutos, la pruebo, nada. Le quito la batería al generador se lo conecto con unos alambres galvanizados a la moto, ahí en algún punto se calentó el alambre mientras conectaba, nada. Vuelvo al plan original de recargar la pila original, esta vez la amarro con alambre, no nada mas sobrepuesta, quince minutos, al desconectarla hago una prueba para asegurar que tenga carga y funciona, la vuelvo a conectar a la moto y nada, para ese entonces ya estaba con los veladores de la obra, ya había obscurecido, a me habían puchado haber si lográbamos arrancarla, pero empezaba a sospechar que algo había sucedido, el tablero debería de dar señales de vida, me dice uno de los veladores esta al revés la pila, conéctela del otro lado, lo intento y nada. Ya después de un par de horas, concluí que necesitaba ayuda profesional, ya era tarde mas de las diez, ya me había perdido el juego de la final de futbol y todos los planes al traste (yo estaba con la actitud de salir esta noche), empecé a caminar en medio de la carretera, pues la obra esta retirada de la civilización y en el camino pensaba que me tendrá el destino preparado que los planes de hoy no pudieron fraguar, incluso me iban a presentar a una chicuela que había preguntado por mi, tal vez no tenía que conocerla, tal vez no era el día correcto para salir en la noche en la moto.
Al día siguiente entre trabajo y vueltas, ubiqué un taller eléctrico donde me probaron la batería, y me regalaron una tuerca que se me perdió entre tanta maniobra esencial para conectar la batería, que estaba cargada, eso significaba que la falla estaba en la moto, pensé, de seguro ya la fundí con la pilota que le metí, le dí uan propela a en buen electricista y conseguí un taller mecánico donde cuando les dije que necesitaba una mecánico para conectar la batería casí se carcajean de mi, me explicaron que el “solenoide” (no me pregunten lo que es) tiene un fusible de 30 amperes que cuando conectas al revés la pila se funde, para proteger la máquina, esos japoneses piensan en todo! Al final saqué la moto de la bodega improvisada y ahí en medio del polvadero la pude volver a echar a volar!
Oh Dios porque me hiciste tan pendejo! Si tan solo me hubiera fijado como estaba conectada la pila antes de quitarla, la verdad me quedo un sentimiento de satisfacción de haberlo echo pr mi mismo sin necesidad de traer un mecánico, aprendí nuevamente que soy descuidado y falto de atención, que preguntar a alguien que sabe siempre es bueno, efectivamente el joven velador tenía razón, la había conectado mal, aprendí que un buen consejo puede venir de cualquiera, aprendí que los taxis no se paran en la carretera dado el clima de inseguridad de la región, en fin, todo se complicó por mi propia ignorancia y estupidez, y gracias a esa larga caminata en la obscuridad pude pensar en todo esto y que de nuevo debe de haber una razón que soy incapaz de entender por lo que todo esto me sucede, y que yo debo de saber recibir un nuevo aprendizaje
La pregunta es como aplico todo esto a mi matrimonio fallido, a la guerra que estamos viviendo por el divorcio, al odio que sentimos el uno por el otro que nos hace actuar de la peor manera, que me aleja de mi hijo cuya ausencia me parte el alma y me hace llorar cada día, como lo aplico a la soledad que me tortura en cada momento, que me hace sentir miserable, desesperado, sofocado y amargamente triste, como puedo volver a aprender a vivir.
La katana a media cirugía en la obra...
En este blog, el autor intenta reencontrarse a si mismo, mediante sus nuevas experiencias y reflexiones que le generan sus paseos en motocicleta, re-aprendiendo a vivir es un viaje entre el pasado y el presente, donde las cosas tienen siempre un significado, y los golpes y caídas además del dolor también generan alegrías. El duro aprendizaje de la vida, en este caso, aprender a manejar una motocicleta, tiene mas experiencias que simplemente aprender a conducir, de paso se puede aprender a vivir.
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Muy padre tu diario....te felicito..Paz
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