jueves, 21 de abril de 2011

Nota 9. Mismo día segunda caída.

Ahora entiendo el punto del equipo de seguridad, en la primera caída lo único que llevaba era una chamarra de piel que me salvó de seguros razpones - quemadas en hombros y codos, pero traía tenis, que error, veinte días después todavía tengo secuelas de este día.
Llegué a casa, estoy fascinado con la moto, y adolorido pero feliz estos golpes no son nada, voy a volver a salir, voy a ir a recoger un paquete . En esta ocasión me pongo la chamarra, los guantes que me dio el ex dueño junto con el casco, el casco no me lo pongo porque no me deja ver lo que estoy haciendo, además de que huele a sudor y tengo una nariz sensible (ya hablaremos después de las razones para SI usar el casco), me pongo las botas con casquillo que uso para trabajar, sin duda si las hubiera traído en la primera caída hubiera salido bien librado.
Bien allá voy, persignado, recuerda lo básico, este es el freno, salgo para arriba o para abajo, que calle con tanta pendiente, bueno para abajo, salir en subida es muy dificil, voy a dar vuelta en la esquina a la derecha, con la primera o solo freno, bueno con la primera, freno con motor,  allá voy.
(esta es la esquina, tal cual quise dar vuelta y ahí donde se ve ese coche -lo bueno que no estaba- fue donde aterrizé)


Salgo de la cochera, suelto el embrague, es muy rápido, piso el freno, no frena no frena no frena intento tomar la vuelta, tuerzo el volante, llego casí al cordon, creo que apreté el freno delantero, no hay espacio, en una fracción la moto llega al piso recostada en la grava suelta, esta vez no ruedo doy un golpe seco en el pavimento de costado, supongo que la moto me aplastó el pie, como en la primera caída. Me levanto rabiando del coraje, no puede ser como me caí no entiendo que coraje, esta vez la moto se arrastro un par de metros sumado a la poca velocidad y la pendiente de la calle,  caímos en grava suelta en la orilla de la calle, de esa que tienen las calles viejas con poco transito,  intento levantarla, hago palanca, y la tumbo hacia el otro lado, se me vuelve a caer. 
 Por fin logro levantar la moto, no enciende, la dejo descansar un rato, recuerdo lo que me contaron, hay que dejarla un momento para que se asiente (supongo los fluidos) no arranca, veo que está tirando aceite, la caída golpeo la tapa lateral del motor con alguna piedra, se perforó, se esta desangrando, no puede ser, el primer día ya la jodí.


Inventario, una bota perforada sobre el casquillo; como me caí del lado contrario que hace rato, me lastimé el otro pié, el derecho pero sin lugar a duda la bota me ayudó muchísimo porque aunque me duele es mucho menos que como me duele el izquierdo, la cadera con un moretón, la chamarra raspada en hombros y codos, las manos bien, pero ya traía un raspón anterior en la mano izquierda, ahora si estoy todo jodido. Me unte por todos lados, me tomé el flanax, metí los pies en agua fría para evitar la inflamación, me cuesta trabajo cerrar la mano izquierda y definitivamente no puedo caminar (veinte días después aún me cuesta trabajo pisar con el píe izquierdo, aún cuando ya salí a correr, si piso mal me vuelvo a resentir, o si me pego en la punta del dedo gordo, la mano izquierda aun me duele y me quedaron puntos negros incrustados en la piel, las rodillas apenas acaban de caerse las costras -caida, fracción de segundo, lesiones meses-).







Que pasó.
1. La llanta delantera esta lisa, no tiene agarre.
2. Me entró el pánico por lo que perdí el control de la situación
3. Bajada, con velocidad la moto no se detiene, me faltó neutralizar – o no poner velocidad-, para que el motor no colabore con la inercia y la gravedad. 
4. Grava suelta
5. Curva cerrada
6. No pisé correctamente el freno trasero
7. Y sin lugar a dudas la razón principal, FRENAR CON EL FRENO DELANTERO Y TORCER EL VOLANTE.


Esto último, debí haberlo sabio antes. Al frenar en curva con la llanta delantera, la moto se clava, y el peso tiende a levantar la moto de su punto de gravedad, todo el peso en la llanta delantera que al estar ladeada simplemente no puede sostenerse vertical se barre y lo demás es historia, los trescientos kilos de la moto hacen el resto. Regla básica de motociclista, ahora lo se.
Como un video lo pasé en mi mente muchas veces, es novatez,  no prever los siete puntos anteriores.
Aún no había pagado toda la moto, al día siguiente iba a ver a el ex dueño y me moría de pena de que la viera raspada por los dos lados y además inservible, prender un motor con fugas de aceite es condenarlo a desvielarse. Por azares se ofreció amablemente a recoger el cheque a la casa, la acomodé lo mas pegada que puede a la pared del lado que estaba la fuga y cuando llego le enseñe el lado visible, le dije mira ya la empareje (yo con el píe super vendado y tratando de caminar natural aguantándome el dolor por la vergüenza), pues me la vendío ya con un acostón de un lado, inventando cuanta cosa para que no se acercara a verla.
 (Esta es el lado de la segunda caida, si te fijas bien puedes ver el parche de plastiacero en la tapa del motor, ya tenía el faro lateral estrellado, pero se arraspó aun mas de las micas)

(Este es el lado de la primera caída, se daño la direccional y se raspo la mica, también se rayó la tapa del motor pero no se perforó)

Pregunté a cuanta gente pude – incluidos mecánicos del lugar- , y averigüe que la fuga, si no es importante puede sellarse provisionalmente con plastiacero, lo cual me consoló en el momento, y me permitió hacer el primer viaje, a Plateros.


La rodé un rato con el parche, pero después conseguí un taller donde hacían soldadura de aluminio y me la dejaron muy  bien, también le hice el servicio en esa ocasión, aceite sintético titanium, cambio de filtros y bujías.

Al día siguiente hice el parche, lo limpié muy bien con thiner como me indicaron, intenté quitar la tapa yo mismo pero me di cuenta que al aflojarla se desprendía el empaque de caucho, así que también tendría que conseguir el empaque ademas de desmontar todas las cubiertas plásticas, así que mejor lo dejé para el especialista.


...Esa noche solo pude pensar en el dolor, y en que tan grave era el daño a mi cuerpo y a la motocicleta, aún cuando me despertó el dolor físico, mis fantasmas no me molestaron hoy, fue un muy buen día, aprendí mucho, fue una buena noche, aun cuando me tuve que levantar a poner hielo a las cuatro de la mañana. Gracias Dios por este día maravilloso, no se hace cuanto no podía decir eso...

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